

Sabor suave, escaso picor, capas interiores muy tiernas y suculentas, que una vez ingerida no permanezca su retrogusto en la boca. Tiene el tallo grueso, forma globosa redondeada por la raíz y ligeramente alargada hacia el cuello, coloración externa blanco-paja y las túnicas interiores blancas, carnosas y crocantes.
Además el contenido de agua de las cebollas dulces es superior a la de otras cebollas, por ello son más suaves y tiernas al comerlas, consumiéndose preferentemente en fresco.